ACTA Nº 3. PORTADA: UNIVERSIDAD NACIONAL DE LA PLATA. CONSEJO SUPERIOR. ACTAS
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Notas marginales.  Acta Nº 3 . Presentes: Dr. J.V. González,  Dr. A. Alvarez,Dr.  R. Rivarola, Dr. 
S. Lafone Quevedo, Dr. C. Griffin, F. Parro, Sr. A. Gil, Ing. B. Sal,  Dr. F. Ameghino. 
El texto comienza así: “Tercera Sesión Extraordinaria. En la ciudad de La Plata, á veinte días 
del més de Marzo del año mil nuevecientos seis, reunidos los miembros del Consejo Superior 
de la Universidad Nacional de La Plata -  que al márgen se indican, bajo la Presidencia del 
Señor Vice-Presidente Doctor Agustín Alvarez, este declaró abierta la sesión á las trés y 
treinta  p.m. en presencia de numerosos profesores de la Universidad, y dijo: Que el objeto 
de esta reunión era entregar la Presidencia de la Universidad al Doctor Joaquín V. González, 
que había sido designado para honroso cargo por  el Superior Gobierno por decreto de fecha 
diez y siete del corriente, según contaba por la siguiente comunicación: - “Buenos Aires, 
Marzo diez y nueve de mil nuevecientos seis.- Señor Vice-Presidente de la Universidad 
Nacional de La Plata. – Tengo el agrado de dirigirme a Ud. comunicándole que por decreto 
fecha diez y siete del corriente y teniendo en cuenta lo establecido por el Art. 8º. del 
convenio celebrado por el Gobierno de la Nación con el de la Provincia de Buenos Aires para 
constitución de esa Universidad, ha sido designado Presidente de aquella institución el Señor 
Doctor Joaquín V. González, en comisión. – Saludo á Ud. con mi distinguida consideración.-  
Fdo. Juan G. Beltran”. – Luego pronunció las siguientes palabras:- “Los últimos 
acontecimientos políticos han traido á la Universidad Nacional de La Plata, algo que podría 
graficamente“.

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El texto continúa así: “describir diciendo que ha sido una desgracia con suerte. Ha 
desaparecido de la secretaria de Estado que diría de la instrucción nacional el Doctor Joaquín 
V. González; pero teniendo la absoluta seguridad que tenemos todos de que no ha de 
faltarnos jamás el apoyo entusiasta del nuevo ministro para hacer próspera la vida de esta 
institución, poderes (rever, no lo alcanzo a leer) veis á mi lado, he de insistir en deciros que el 
cambio político que acaba de producirse ha traido una  desgracia con suerte á la universidad. 
– El gobierno nacional ha hecho la felicidad del que ha ideado la formación de la universidad 
platense, al entregarle su presidencia. – Yo me siento muy satisfecho y muy halagado al 
entregar la criatura a su propio padre, esa criatura de que he sido tutor durante pocos días”.- 
Después de pronunciadas estas palabras, el Señor vice-Presidente puso en posesión de la 
Presidencia al Señor Presidente, quién acto continuo dijo el siguiente discurso: “Debiera ser 
testigo silencioso de este acto, no solo por la magnitud de las emociones que siento y que 
entorpecen la expresión de mis ideas, sino por mi temperamento que ha tiempo he 
procurado dar á conocer, convencido siempre, pero más convencido cada día, de que no 
tienen valor alguno con las palabras y que la faz práctica de la vida está en los hechos.- Un 
convencido como yo es mi distinguido amigo el doctor Alvarez, que acaba de hablar y que 
entiende que es trabajando como se logran los éxitos. – Vengo á”.

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El texto continúa así: “vuestro lado, en medio de la mayor satisfacción, y he de declararos sin 
rodeos de mis ambiciones, que no son sino ser también catedrático de la Universidad, ser un 
compañero de todos ustedes y colaborar con ustedes en la acción enérgica a favor de la 
enseñanza. Acabo de oir con placer las palabrar del Presidente de la República y del Ministro 
de Instrucción Pública, quienes están dispuestos á otorgar su gran apoyo á la Universidad de 
La Plata. Me es muy grato el transmitirlas á todos ustedes. Pero precisamente esas mismas 
palabras nos obligan á ponernos á trabajar, desde el primer momento, con verdadero 
entusiasmo. – Porque la Universidad de La Plata es, señores, una universidad de acción, de 
trabajo, de labor continua. Me tendrán ustedes á mí como compañero activo y colaborador 
asiduo. Con estos mismos propósitos á la vista, he de decirles que los que no quieren trabajar 
están demás en esta casa. – En este taller de la inteligencia se perfeccionará la educación 
nacional, trabajando para ello los que son hijos de este país y los extranjeros que con su 
esfuerzo vienen á enriquecer los resultados de la ciencia universal, porque así es, porque la 
ciencia es una en el mundo y no tiene límites ni fronteras. – Tenemos la suerte; señores, de 
contar con un cuerpo académico en el que figuran los mejores elementos del país y también 
ilustres maestros”.
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El texto continúa así: “extranjeros, que vienen á amar sus trabajos con los nuestros a favor 
de la educación nacional.- Yo prometo, en este acto que reviste hasta cierto punto los 
lineamientos de un programa, que aplicaré á la naciente universidad las energias de mí vida, 
para que podamos ustedes y yo hacer algo digno, algo que merezca perpetuarse en el 
recuerdo grato al patriotismo; que sea digno de las obligaciones que tenemos pendientes 
con nuestros abuelos y que sea honroso galardón para nuestros sucesores; ya que la 
escuelas y las universidades sienten latir perpetuamente en sus recintos el alma de la patria”. 
– En seguida, el Señor Presidente levantó la sesión; eran las cuatro p.m.”.
Siguen dos firmas ilegibles.